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Exposición permanente

En el museo se reproduce una casería campesina acomodada de finales del siglo XIX. La casa o casería es una realidad compleja; en ella vive y trabaja la familia campesina, y en ella se producen y consumen diferentes productos agrícolas, ganaderos y artesanales.

En tanto que lugar de trabajo, cuenta con dependencias auxiliares, como la cuadra, el pajar, el hórreo o cobertizos, que permiten guardar las herramientas y medios de transporte, recoger los animales y almacenar la cosecha.

Además, la casa posee fincas destinadas a huerto y al cultivo cerealista y forrajero, donde también se plantan árboles frutales. A ello se añaden los derechos y obligaciones sobre bienes comunales, como los montes, el agua, la caminería y diferentes infraestructuras.

El tipo de familia que habita la casa es extensa, con unas relaciones jerárquicas de género, rango y edad. Toda la familia, desde edades muy tempranas hasta la vejez, trabaja en la casería. Las tareas se distribuyen de acuerdo con esa jerarquía.

La casería es una empresa que trata de ser autosuficiente, pero no siempre lo consigue. Periódicamente debe recurrir a la colaboración de otras para poder realizar tareas que requieren mucha mano de obra. Además, algún miembro puede dedicarse a la práctica de oficios artesanos con el objeto de aumentar los ingresos.

Por lo general, quienes habitan la casería son colonos, ya que la propiedad pertenece a las clases privilegiadas, que reciben de aquellos una renta por su explotación.

El aumento de la población registrado en el siglo XIX es una de las principales causas de emigración masiva a América. Esta se produce a partir de 1880. Los destinos principales de los emigrantes de la zona costera del oriente de Asturias serán Cuba y México

Los emigrantes que retornan con capital realizan una importante labor benefactora, financiando obra pública. También compran tierras y caserías para ellos o sus familias ayudando a terminar con el colonato campesino.

El espacio museístico se localiza en las construcciones rurales conocidas como las Casas de Llacín. El hecho de que dicho espacio sea precisamente un conjunto arquitectónico tradicional favorece la reproducción de una casa campesina.

En el museo se reproduce una casería campesina acomodada de finales del siglo XIX

La casa o casería es una realidad compleja; en ella vive y trabaja la familia campesina, y en ella se producen y consumen diferentes productos agrícolas, ganaderos y artesanales.

En tanto que lugar de trabajo, cuenta con dependencias auxiliares, como la cuadra, el pajar, el hórreo o cobertizos, que permiten guardar las herramientas y medios de transporte, recoger los animales y almacenar la cosecha.

Además, la casa posee fincas destinadas a huerto y al cultivo cerealista y forrajero, donde también se plantan árboles frutales. A ello se añaden los derechos y obligaciones sobre bienes comunales, como los montes, el agua, la caminería y diferentes infraestructuras.

El tipo de familia que habita la casa es extensa, con unas relaciones jerárquicas de género, rango y edad.

Toda la familia, desde edades muy tempranas hasta la vejez, trabaja en la casería. Las tareas se distribuyen de acuerdo con esa jerarquía.

La casería es una empresa que trata de ser autosuficiente, pero no siempre lo consigue. Periódicamente debe recurrir a la colaboración de otras para poder realizar tareas que requieren mucha mano de obra. Además, algún miembro puede dedicarse a la práctica de oficios artesanos con el objeto de aumentar los ingresos.

Por lo general, quienes habitan la casería son colonos, ya que la propiedad pertenece a las clases privilegiadas, que reciben de aquellos una renta por su explotación.

El aumento de la población registrado en el siglo XIX es una de las principales causas de emigración masiva a América. Esta se produce a partir de 1880. Los destinos principales de los emigrantes de la zona costera del oriente de Asturias serán Cuba y México

Los emigrantes que retornan con capital realizan una importante labor benefactora, financiando obra pública. También compran tierras y caserías para ellos o sus familias ayudando a terminar con el colonato campesino.

El espacio museístico se localiza en las construcciones rurales conocidas como las Casas de Llacín. El hecho de que dicho espacio sea precisamente un conjunto arquitectónico tradicional favorece la reproducción de una casa campesina.