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Las salas

Las Casas de Llacín son edificios del siglo XVIII y XIX que muestran la evolución de las construcciones de acuerdo con las necesidades productivas cambiantes de la familia campesina.

Se levantan en dos hileras paralelas donde se disponen las salas, que están dedicadas a mostrar ambientes y a exposiciones temáticas.

En las inmediaciones se encuentra un hórreo, así como otros elementos de interés.

Las Casas de Llacín son edificios del siglo XVIII y XIX que muestran la evolución de las construcciones de acuerdo con las necesidades productivas cambiantes de la familia campesina.

Se levantan en dos hileras paralelas donde se disponen las salas, que están dedicadas a mostrar ambientes y a exposiciones temáticas.

En las inmediaciones se encuentra un hórreo, así como otros elementos de interés.

La vivienda

Originariamente, en las Casas de Llacín había una sola vivienda, que luego se dividió en dos, ya que, con los repartos de herencias, es habitual la división de las propiedades.

La casa azul alberga una vivienda campesina asturiana, con vestíbulo y cocina en la planta baja; sala y cuarto en el piso.

La cocina es el lugar más importante de la vivienda por su polivalencia. En ella se comía, se socializaba, se recibía a las visitas, se trabajaba y ocasionalmente se dormía.

La casa reproducida en el museo no es una foto fija, sino que alberga una colección de objetos con diversa cronología, que indican cómo fue evolucionado la vida campesina. Muchos de ellos remiten a actividades desarrolladas en las tierras vinculadas a la casería.

Máquina de coser

La cuadra

La cuadra es el recinto donde se recoge el ganado por las noches o en los días más fríos, se ordeñan las vacas y se genera el estiércol (cuchu).

En la casería el ganado vacuno se utiliza como fuerza de tiro y medio de transporte. Provee de abono y productos lácteos, carne, grasa, cuero y piel.

Objetos en la cuadra

El lagar

Con la manzana se elabora la sidra en el lagar. Este nombre se refiere tanto a la prensa, que sirve para obtener el jugo de la manzana, como al espacio destinado a la elaboración de la sidra.

El lagar expuesto es el original de las Casas de Llacín.

El hórreo

En la finca de Llacín, observamos un elemento típico de la casería, el hórreo. Se trata de una construcción de madera machihembrada levantada sobre pilares y pensada para guardar la cosecha, pero que también servía para otras funciones.

Este hórreo fue trasladado, en 1999, desde Santianes de Ola (Cangas de Onís), con objeto de completar la colección del museo.

La vivienda

Originariamente, en las Casas de Llacín había una sola vivienda, que luego se dividió en dos, ya que, con los repartos de herencias, es habitual la división de las propiedades.

La casa azul alberga una vivienda campesina asturiana, con vestíbulo y cocina en la planta baja; sala y cuarto en el piso.

La cocina es el lugar más importante de la vivienda por su polivalencia. En ella se comía, se socializaba, se recibía a las visitas, se trabajaba y ocasionalmente se dormía.

La casa reproducida en el museo no es una foto fija, sino que alberga una colección de objetos con diversa cronología, que indican cómo fue evolucionado la vida campesina. Muchos de ellos remiten a actividades desarrolladas en las tierras vinculadas a la casería.

 

La cuadra

Objetos en la cuadraLa cuadra es el recinto donde se recoge el ganado por las noches o en los días más fríos, se ordeñan las vacas y se genera el estiércol (cuchu).

En la casería el ganado vacuno se utiliza como fuerza de tiro y medio de transporte. Provee de abono y productos lácteos, carne, grasa, cuero y piel.

 

El lagar

Con la manzana se elabora la sidra en el lagar. Este nombre se refiere tanto a la prensa, que sirve para obtener el jugo de la manzana, como al espacio destinado a la elaboración de la sidra.

El lagar expuesto es el original de las Casas de Llacín.

El hórreo

En la finca de Llacín, observamos un elemento típico de la casería, el hórreo. Se trata de una construcción de madera machihembrada levantada sobre pilares y pensada para guardar la cosecha, pero que también servía para otras funciones.

Este hórreo fue trasladado, en 1999, desde Santianes de Ola (Cangas de Onís), con objeto de completar la colección del museo.

Las exposiciones temáticas

Traje de aldeanaLa casa amarilla y el resto de dependencias albergan diferentes exposiciones temáticas.

Estas tienen que ver con trabajos desarrollados en la propia casería, como la producción del queso y manteca, con la elaboración de textiles o con el lavado de la ropa.

También se exponen útiles y herramientas, como los carros y aperos de labranza. Además, hay una muestra de los oficios tradicionales de la Asturias rural.

Los llamados oficios eran actividades destinados a implementar los recursos económicos de la casería. Unos están relacionados con la madera: carpinteros, leñadores, madreñeros; otros, con el barro, como el de los tejeros.

Los tejeros emigraban de mayo a octubre por las provincias vecinas, para elaborar tejas y ladrillos, dejando a las mujeres todo el trabajo de la casería.

Por último, se muestran otras colecciones entre las que destaca la de los objetos de hierro esmaltado, conocido popularmente como “porcelana”.

En el siglo XIX las industrias elaboran a bajo coste objetos de la vida cotidiana. Así, los objetos de hierro, más duraderos, sustituyeron a los realizados artesanalmente con madera o barro. Estos objetos son expresión del cambio que la revolución industrial produce en la sociedad tradicional.

Las exposiciones temáticas

Traje de aldeana

La casa amarilla y el resto de dependencias albergan diferentes exposiciones temáticas.

Estas tienen que ver con trabajos desarrollados en la propia casería, como la producción del queso y manteca, con la elaboración de textiles o con el lavado de la ropa.

También se exponen útiles y herramientas, como los carros y aperos de labranza. Además, hay una muestra de los oficios tradicionales de la Asturias rural.

Los llamados oficios eran actividades destinados a implementar los recursos económicos de la casería. Unos están relacionados con la madera: carpinteros, leñadores, madreñeros; otros, con el barro, como el de los tejeros.

Los tejeros emigraban de mayo a octubre por las provincias vecinas, para elaborar tejas y ladrillos, dejando a las mujeres todo el trabajo de la casería.

Por último, se muestran otras colecciones entre las que destaca la de los objetos de hierro esmaltado, conocido popularmente como “porcelana”.

En el siglo XIX las industrias elaboran a bajo coste objetos de la vida cotidiana. Así, los objetos de hierro, más duraderos, sustituyeron a los realizados artesanalmente con madera o barro. Estos objetos son expresión del cambio que la revolución industrial produce en la sociedad tradicional.